ÉL ME PIDIÓ QUE LE MOSTRARA EN MIS PALABRAS QUÉ SON LOS SENTIDOS. SÉ QUE DESEABA SABER QUÉ SIENTO A TRAVÉS DE ELLOS, CÓMO LE PERCIBO TAMBIÉN A ÉL, A SU PIEL Y A SU ESENCIA. ESTAS FUERON MIS PRIMERAS PALABRAS:
Es incierto, irreal y paradójico separar un sentido del resto de ellos.
Más aún aislar cada sentido del mayor de los sentidos, del único preciso: el sentido de vivir, de percibir.
Ese es el sentido primigenio, el sentido que es anhelo y que únicamente a los que “sienten” estremece.
La vista es a la vida, a su sentido, lo que es el límite a la libertad, lo que es la piel a una caricia.
Te pareces al penúltimo quiebro inesperado del azar.
Donde nadie conoce.
Donde pocos aguardan.
En el mismo centro de una tierra ingrávida, me invitas a buscar refugio para hallarme en tus certezas.
Abro los ojos para mirar, a través de los tuyos, lo que dejan las noches a su paso. Percibo en ellos más de lo que muestran sus pupilas.
Quiero abarcar la piel, tu piel, de una sola mirada. Rozarla con la vista y ser un beso repetido, lo contrario al ayer. Como ave que despierta cuando el alba se rompe, quiero avanzar, oteando tus verdades sin rechazar tus sombras.
Quiero mirarte sin poder siquiera aproximarme, al mismo compás con el que te estremeces, anhelando mi nueva cercanía.
Tu mirada de océano da a mis ojos la oportunidad de ser no solo vestigio , de ser hiedra que irreverente te recorre.
Del mismo modo que el invierno se aproxima al envés de cada otoño, acércate y tiéndeme la piel para arriesgarme. Llámame a adentrarme en tu deseo con una sola mirada, a acecharte con los ojos, a escrutar tus límites crecientes.
Ayúdame a cerrar después los ojos para que no duela el espacio que no llenas.
Ahora que duermes, al otro lado de un cielo que es el mismo, con los ojos te busco sin que nadie lo presienta.
Las calles, probablemente, están vacías.
El muro de la lluvia anuncia un amanecer inminente y minúsculo. Al fondo están tus labios, tus ojos que proclaman la noche que termina.
Antes de que alba sea comienzo, dejo mi piel y mis convicciones a un lado de tus manos.
Cierro otra vez los ojos.
Entorno la mirada.
Te aguardo en este espacio invisible.
Se cruza lo que percibo con lo que tu contemplas y en esa intersección de dos miradas somos imagen de un día que juntos inventamos.
“Ven”, me dices sonriendo. “Aún es temprano. Es hora de anhelar con las pupilas”
Me abrazas a tu cuerpo.
Me anudas esperanzas con tus dedos. Sin que el tiempo ya cuente. Tras la honda verdad que nos precede.
Me abrazas a tu cuerpo.
Posas tus monos de nostalgia en el borde imaginario de mi cuello.
“Ven”, me dices sonriendo. “No dejes de mirarme con tus ojos más ciertos”
“Es en esos ojos tuyos
donde quiero divagar, ensoñar , bañarme …” R. Seíz Ortiz
Para escuchar la música que acompaña el texto, abrid el enlace siguiente:
Inger_Marie_Gundersen___06___Smooth_Jazz_Cafe_Vol.9__Don’t_Let_Me_Be_Lonely_Tonight_(2007)
DEJARON SU VOZ ESCRITA…