19 noviembre 2009
Se hizo verdad la profecía
que trajeron las aves del crepúsculo,
verdad remansada en el acaso,
verdad que me conmueve todavía:
la verdad de tu mano en mi cintura,
de tus pies en mis pasos.
Me ha desnudado la piel
tu voz sin rumbo.
El destino se cumple
cuando el azahar de tus besos
me renueva los labios.
Abiertamente, invoco tu sonrisa:
aldaba clara que llama a mi lengua
para entrar deslumbrante en mi deseo.
Hoy está tan lejos la distancia
que queda a un paso
de estos brazos que te buscan.
A veces, como hoy,
una sola palabra es suficiente
para encerrar el cuerpo liviano
de tu voz, que es mi esperanza.
Para escuchar la canción que acompaña al poema, clica sobre el enlace siguiente:Yann Tiersen Le Matin
DEJARON SU VOZ ESCRITA…