FOTOGRAFÍA de Pura María García
Líbrame
de la prisión de la mirada ausente.
Líbrame
del vacío de los cerrados ojos.
Líbrame
de silencio del corazón afásico.
Líbrame
del vivir el exilio involuntario de mí misma;
de aquel que quiera mostrarme un único camino;
del víctima que llora, con cronicidad, lagrimas falsas;
de quien vocifera mentiras para instaurarlas
en grito de verdades.
Líbrame de no sentir,
de algún modo,
el amanecer como punzada;
de padecer la frigidez en la palabra.
Líbrame
del tiempo sin tus manos;
del instante estancado del ayer regresado como falso.
Líbrame
del aire en el que no haya
ecos de las cosas rotas y atoradas.
Líbrame,
también,
de la palabra
si su espada de belleza, un día, no me traspasa.
Líbrame de esquivar la reconstrucción de este imperfecto yo.
Líbrame de desdecir el peso de la herida
que me cruza
el pensamiento y la mirada.
Este es uno de esos poemas que da gusto leer y releer. De los que esperas encontrar en un libro y volver de vez en cuando, porque cada vez aporta algo nuevo. Sencillamente maravilloso 👏👏👏👏👏
Muchísimas gracias por tu tiempo de lectura y tus palabras. El verso, al final, es como un pozo donde la sensibilidad del lector, tú en este caso, le encuentra un sentido a las palabras, así que el mérito es del lector!!! Gracias mil por leerlo.