FOTOGRAFÍA de Pura María García
Permíteme mirarte otra vez.
Fijar mis ojos en la esfera visionaria
de tus dulces pupilas.
Saltar
entre la grieta abierta por tus manos.
Alcanzar.
Alcanzarte.
Rememorar aquel día en que el sonido
se precipitó por la garganta
y, en medio de un silencio perfectamente audible,
abriste aquella puerta
y tomaste entre tus manos
el pulso de las mías.
Tú, que has despedazado la incerteza,
convirtiéndola en enunciación que se derrama
como abrazo pluvial sobre la tierra,
permíteme también
el descenso al paraíso del infierno,
a lo prohibido y anhelado de tu cuerpo.
DEJARON SU VOZ ESCRITA…