FOTOGRAFÍA de Pura María García
Estar dispuesta
a tramitar la tristeza.
Expedir su certificado vital
sin más pretensión
que convivir con ella.
Acarrear, con las manos,
lo que queda del día,
como siempre,
soñando en silencio lo posible.
Escoger otro nombre.
Caminar.
Pisar la soledad
con contundencia.
Aceptar
que las sombras
se agolpan sobre la luz
para ser ellas.
Agua atravesada por los ojos.
Vivir.
Vivir.
También en los crepúsculos enfermos.
DEJARON SU VOZ ESCRITA…