FOTOGRAFÍA de Pura María García
Las palabras se elevan sobre la duda
y aparece el descarte de las sombras.
Decirlas me obliga a escuchar lo que callaba.
Van cicatrizando el metal ferroso de la herida
que nadie sino yo me infringe cuando amo.
Incapaz de falsificar el aliento que respiro,
de negarme yo a ellas
y pedirles que perezcan conmigo,
dejo volar palabras de silencio
sonoramente aisladas,
aterradoramente ciertas.
Tiernas criaturas de sílabas y puntos.
Palabras que nos unen, nos destintan,
nos separan de llevar su peso al acatarlas.
Digo palabras como digo mi nombre:
enérgica razón para esquivar la nada.
Dardo al corazón que mece el aire.
Mañanas sucedidas,
regresadas
cada vez con un distinto rostro.
Digo palabras como digo el silencio.
Pronunciándolas despacio, masticándolas.
Llenándolas de dolor y de alegría.
Desdiciéndolas cuando la noche pasa.
Acabando en su espalda refugiada.
Migrantes del vacío que externaliza el sentir
a la invisible aorta con la que laten las palabras.
DEJARON SU VOZ ESCRITA…