FOTOGRAFÍA de Pura María García
Voy infectando las páginas de los libros
con las huellas dactilares de mis versos.
Cigüeñas anidan en sus techos de papel
amarillo,
blanco.
En sus márgenes quietos
aguardan como perchas
el tacto de las yemas de mis dedos.
Cada poema es un paso abstracto que colma,
por instantes,
el nomadismo intrínseco a mi nombre.
Un anzuelo.
Una trampa con forma de óvalo.
La esperanza que voltea las sombras, cada noche.
Me salvan, a pesar de todo.
A pesar de mí.
A pesar del otro.
Frágil columpio sobre el que oscilan
intentos de mantener un ínfimo equilibrio.
Sucedo,
sin más punto y final que el propio verso.
Me gusta.
Gracias por tu visita!
intimisme singular
Un petonàs!
íQué belleza!
Muchísimas gracias por tus palabras