FOTOGRAFÍA de Pura María García
Los versos que ayer se acercaron
a la costa precisa de tus ojos
fermentan
como el pan necesario.
Hoy, con las horas derrumbadas,
acontecidas en su lentitud inexorable,
en su hambre de minutos de abandono,
señalan tu corazón:
desnudo rompimiento del silencio,
claridad que se desvela ante tus ojos.
Y entonces, solo ahora que encuentras
la capacidad y la lengua con la que conocerme,
mi nombre se desviste del cuerpo que recuerdas.
Bordeo tus labios con una boca atenuada
por la hondura del pozo que, absurdamente,
encrucijó a destiempo nuestro tiempo.
Por el apremio imbatible del ahora.
Y entonces, solo ahora, te asombra la mirada
que descubre en mi piel
mil pájaros en vuelo,
la desnudez de mis cabellos,
lo poco que soy frente a la nada,
mi yo en construcción, a la intemperie.
Y entonces, solo ahora,
en este amanecer presagiado en las cenizas,
desciendes,
cruzas,
entras
en la habitación sencilla de mis manos.
Bella, como siempre… Lo que leo es lo siento…Tus palabras podrían ser las mías si yo fuera capaz de ordenarlas como tú…Un placer leerlas y contemplarme en ellas. Un abrazo!
¡Me siento tan agradecida porque encuentres un instante de belleza en lo que escribo! Seguro que mis palabras son las tuyas. Cómo ordenarlas, o darles formas de verso no es lo importante, de verdad. Lo importante es sentir y me consta que tú sientes lo que subyace en mis poemas, así que…ordenarlas es secundario. ¡Sintamos! Un abrazo bien grande