FOTOGRAFÍA de Pura María García
Su mirada a la altura de la nuestra.
Pacientemente.
Luces prendidas.
La puerta principal, de par en par, abierta.
Repta la pared que delimita el edificio endeble
de nuestra identidad sobornada por la vida.
Entre el puñal del ayer
y el irresuelto universo del futuro.
Nos observa.
Por encima de la hierba que crece
desde nuestros estancados tobillos y las manos.
Flota, como una luna llena
en la noche inmensamente inmensa.
Nos observa.
Llega hasta la parte final de nuestro sueño
y, con su frio cuerpo, nos despierta.
Pero cae, al cabo de lo mucho que se ha roto
en el crepúsculo agrietado
que cada uno de nosotros guardamos en secreto.
Cae.
Definitivamente innoble.
Es la derrota.
Y cae.
Y vuelve a caer, sobre nosotros.
Inhóspita señal que no descansa.
La derrota cae, al otro lado del pasillo del silencio,
finalmente vencida.
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d’ahir en queden només records, com llàgrimes dissoltes en en la pluja…
D’ahir ens queda la seguretat que tenim passat,l’hem viscut,i la probabilitat del futur,sobre el passar d’un present.Tot és vida.Un petonàs
Preciosos versos!! Un abrazo!
Un abrazo bien grande!
Quin bon gust dóna guanyar a la derrota
i m´agrada la foto robada
Derrota d’allò permès;)