
FOTOGRAFÍA de Pura María García
También cabe escribir sobre las cosas
que sobreviven a la cotidianidad.
Somos una civilización sin brújula
que desdeña abrir los ojos al tiempo,
a la presencia efímera que parece inexistente.
Pero las cosas son.
Nosotros somos, a pesar
de que la unión del verbo ser al verbo estar
es artificial,
un trueque imposible,
un artificio en el que ninguno de nosotros ya creemos.
Somos, como la cuchara sobre el plato,
materia del día a día,
de la rutina,
un paisaje que se construye imperceptiblemente.
Cada cosa ocupa el lugar destinado.
Cada cosa limita con sus propios puntos cardinales.
Se construye la rutina.
El vaso sobre la repisa de la ventana.
La ventana abierta, solo por la mañana.
El aire, con partículas de siempre,
pugna con el rebelde aire de la calle
que infringe la norma al abrirse la puerta y la cancela.
La puerta.
Las puertas.
La escapatoria.
El homicidio posible de lo que fue previamente esperado.
La puerta.
Las puertas.
La mano de la rutina.
El pulso con los sueños.
La no aceptación del camino mil veces transitado.
la foto em sembla molt cinematogràfica, i en B i N més encara,petonets
Una aferrada!