FOTOGRAFÍA de Pura María García
Durante tanto tiempo he huido de mí
hasta estrechar de tal modo el camino
que se ha trasfigurado en la angosta línea divisoria
que me ha decrecido,
anulado,
despojado del contenido del corazón que un día contuve.
He pretendido fingirme,
siendo inconsciente de la máscara de papel
que cubría
mi rostro
sin mirada.
He carecido de voz
porque el otro, en su delirio de frustración estremecida,
deseó moldear mi arcillosa mente,
mi voluntad, frecuentemente detenida,
el impulso declarador de la pasión que me resume.
Hui de quien era
porque el otro dispuso un atajo tras el que estaban
los árboles podridos,
un río sin agua,
la tierra cubierta de moho y de silencio.
He huido de mí,
pero he llegado a este hoy
en el que no existe una soga final,
ni una cifra abstracta que resuma mi latido,
ni un solo hubieras o un debieras.
Porque no tiene hoy cabida el existirme
rodeada de espejos en los que agonizan imágenes ajenas.
Hoy he talado las raíces torturadas
de una en una,
de un certero golpe,
en un instante inmensamente denso.
Siento la extrañeza
de comprobarme a salvo del otro y su mordaza,
de haber recolocado las vértebras de mi ser en su lugar perdido,
de haber recobrado el gusto en mi paladar
hambriento de efímera belleza,
de sentirme redimida por mí misma.
Hoy he quemado las cubiertas de los libros
que jamás merecieron ser escritos,
los versos con impuesta rima,
las listas pendientes,
las páginas, todas, de las prostitutas biblias.
Hoy descansa mi cólera,
los músculos que delimitaban la anatomía del miedo,
el querer llegar sin abrir los párpados.
Todo queda, hoy, suspendido en el pasado.
Mis venas, ahora, vacías de ajenación, fluyen en luz.
Hoy encuentro significación
en la materia del silencio,
del abrazo que me hace humana,
de, quizás, la primera mañana de mi vida,
de un arcén, a resguardo, en el que tú me esperas
sonriendo
mientras la negación de mi ayer consentidamente avanza.
Hoy asisto al asombro de observarme
mudar la piel
y ser, al fin, serpiente capaz de suturar sus llagas.
DEJARON SU VOZ ESCRITA…