Fotografía de Pura María García
Hoy no siento el impulso de escribir.
El verso, el poema, la palabra,
caen sobre mis dedos
como la lluvia de agosto:
imposible aleación de forma y fondo.
No percibo, en el latido mental
que me lleva al pensamiento
y a la idea,
el brotar cercano
del que emana la línea quebrada
con la que el poema siembra el paisaje,
antes en blanco,
del existir fructificando el vientre de lo escrito.
Así pues, en este instante,
me rindo ante la ausencia del verso
y le permito, a él,
escribirse por mí
ante la mirada asombrada de estas manos
flotando en su inesperado y propio exilio.
DEJARON SU VOZ ESCRITA…