FOTOGRAFÍA de Pura María García
Detrás de mi nombre
no se sitúa un secreto inscrito
tras una inicial y una consonante.
No esperes encontrar
un umbral magnifico
que cruzar en tus noches en vela.
No un océano de aguas rebeldes
sobre un fondo de agradecidos corales.
Tras mi nombre,
y su exigua longitud,
no hay vestigios de un remoto pasado,
ni las calles figuradas que te mantendrán, por siempre,
en el presente.
Mi nombre se sitúa por delante de mi alma.
De mi propia identidad.
Aún en búsqueda de exactas coordenadas
en las que desertar
del intrínseco nomadismo
que me es propio.
Mi nombre es el muro de contención
de mis impulsos,
mis frecuentes errores,
(de dicción y sedición)
de lapsus perdonables
que me hacen ser faceta de un prisma
irregular, ordinariamente común.
Soy una duda que germina
con cada instante en blanco
que anega el pensamiento,
Temerosa de conversar, conmigo y con el otro,
por miedo a la transparencia
del dolor
que me vulnera
y el asco que me ahoga
cuando se me pide justificar
mi sinrazón,
mi paranoia,
mi obsesión por vivir
con la holgura que deshace cadenas.
Mi nombre es una sombra de letras.
La pura contradicción en la que vivo,
trasteando la realidad y su tiempo secuaz.
Lidiando eterno combate con el azul
de la tristeza.
Mi nombre, sin embargo,
son también
mis manos hacedoras,
mis incansables pies,
los labios encendidos que te buscan,
las ojeras insomnes,
el cansancio ocultado tras el rostro,
el devenir, el mío propio,
que me hace
ser,
estar,
etiquetada para el mundo con un nombre
que ya apenas recuerdo.
👏👏👏 Maravilloso! Intenso y profundo. Me ha encantado.
Gracias por tu visita y tu tiempo de lectura! Un abrazo