FOTOGRAFÍA de Pura María García
Necesito,
con exactitud,
lo que cabe en mis pupilas
cuando cierro los ojos
y te pienso,
intercambiando las propiedades
de la realidad
que se deshace,
noche a noche.
Necesito
el sometimiento del instante
con su precisión efímera
y, a la vez,
exacta.
El aire
que me hiere.
La escolta de la tarde
adormecida en los atributos de un sol
que oculta mis fracasos.
Necesito
de mi propio mutismo.
Saberte adjudicado a las palabras,
arrancándoles, de cuajo, sus raíces
nocturnamente léxicas.
Necesito
el otro color, el inmutable blanco,
de tus párpados hinchados
por la evasión del sueño.
Solo así
soy capaz de escarbarme
con las manos abiertas.
Aceptar en voz alta
que la espina irremediable
de la soledad que nos arrastra como humanos
desvanece, al menos
en el tránsito que transfigura a los relojes,
a mi corazón sujeto a un sin embargo.
Necesito haberme desprendido de la trampa
que es negarse a comenzar.
No definir un lugar posible.
Ni un ahora.
Necesito,
exactamente,
liberarme de la necesidad
de conformarme.
PD: Mientras tanto, esta noche se mueve.
Por el paseo vacío
ladra un perro acompañado
de silencio
y olvido.
DEJARON SU VOZ ESCRITA…