FOTOGRAFÍA de Pura María García
“Asesinado por el cielo.
Entre las formas que van a hacia la sierpe
Y las formas que buscan el cristal,
dejaré crecer mis cabellos»
F.García Lorca. Vuelta de paseo.
Poeta en Nueva York
La soledad es el único suelo
que pisan cada día los poetas.
Sus bocas con dedos balbucean
versos para evitar hablarse
cuando las calles íntimas se estrechan.
Hay ciudades pobladas enteramente de poetas.
Ellos y ellas.
Su rabia ante el mundo
les observa sin escuchar
aquello que realmente exudan sus palabras.
Ellos y ellas.
Atestan las esquinas
donde las prostitutas se fuerzan a la amnesia
y el proxeneta intenta, en vano, ahogar
con una soga de evitación
su naturaleza de serpiente blaquinosa.
Las esquinas se pueblan,
en la ciudad de los poetas,
de semáforos dictadores que manejan
el reloj absurdo de los pasos.
Hay niños muertos en cada alcantarilla.
En realidad, sus padres y madres los vomitan
cuando comprenden la cadena perpetua
que esconde la ingenuidad
de su apariencia.
Un, dos, tres, al escondite inglés.
Y los versos se escapan. Golondrinas
migrantes que malviven en los aleros rotos.
Los poetas se desahucian a ellos mismos
en cada estrofa desparramada en el silencio.
Yo soy uno de ellos.
Una inmigrante de mí misma.
Sin patria, sin raíces, sin una mísera
razón para deshabitar la ciudad triste
donde fallecen con el mal del verso
orates y poetas.
(Mil gracias, F. , por el maravilloso regalo del libro de mi admirado F. García Lorca)
Susana, muchísimas gracias por tus visitas y por tu tiempo de lectura. De corazón (de poeta!)!!!