FOTOGRAFÍA de Pura María García
Esta tristeza no es mía.
Sé que no me pertenece.
Me visita como la sombra de un carruaje
sin viajeros.
Airea su gris supuración, colmada
de piedras
y recuerdos
que jamás habitaron realmente mi memoria.
Hay tristezas, y esta es una de ellas,
que no nos son propias.
Probablemente es tuya
Suya.
Del perro que vive tras la roca negra.
Del vértigo que los temerosos
han dejado junto a su ropa antes de lanzar
su alma en zig-zag por el abisal precipicio.
Esta tristeza me hiere las pupilas.
Desalumbra los campos de mis sueños.
Sustenta la facilidad de mi corazón a dejar de latir,
por un instante,
y quedar colgado del columpio roto del muerto equilibrista.
Por eso, para ahuyentar a esta tristeza
que nació un mes en blanco
en las almas ajenas,
cuando siento la púa de su nombre,
me cojo al bastón de tus pisadas,
a la constelación de la manchada lejanía
donde el peso del mundo cae, aligerado,
por la materia de luz de tu latido.
Por eso, entonces, regresas
alejando la lluvia y la neblina.
Me adviertes, con frases que desmigajan el miedo:
recuerda, alma reincidente,
esta tristeza, la densa cortina
que parece cubrir el relámpago
y el aire,
la arrastra tu espalda, mas no es tuya.
Jo tampoc la vull, a no ser que em necessitis per suportar-la
Sovint no ens adonem que la tristor que ens envolta i portem a l’esquena no és nostra…i ens fereix. Si escoltem el cor…eixe el nostre cor no està tris, oi que no? Una aferrada
Feliz año. Sin tristeza. 😉
Feliz año,como dices,dejando la tristeza a un lado del alma.Un abrazo
Igualmente. Cuídate mucho.
Maravilloso…
Muchas gracias!