FOTOGRAFÍA de Pura María
Absurdo no tener tu aliento.
Ver cómo derrota la tarde a las mañanas.
Beber, a grandes sorbos, el poso de la lluvia.
Crecer, en desigual ritmo, en el cascarón de un cuerpo.
Palidecer ante tu espalda.
Acabar por claudicar, si falta tu mirada.
Esos años que nos fueron robados.
Tú sabes bien a qué años me refiero.
Cómo nos hicieron jirones el alma
al provocarnos un despertar a contratiempo.
Es tan absurdo tu norte, lejos cada día
del norte que escupe la distancia.
Absurda cualquier lengua distinta de la tuya.
El valor discutible, limitante
de la palabra a la que aún nos sometemos,
el yugo ambiguo de la frase.
Es tan absurdo el mundo sin tus labios,
la noche, en su caer extremo,
arrastrándome con ella a su vacío.
Es absurdo que no estés,
no sentirte entre el precipicio
de mi voz y tu silencio.
hermós
Un petó!