FOTOGRAFÍA de Pura María García
Nos queda, como única opción,
tomar partido por las cosas.
Caminar, aún sin decisión,
entre la niebla.
Otear justamente por encima
de nuestra estúpida cabeza.
Balbucear el silencio.
Abrir enteramente nuestros ojos.
Nos queda aceptar
la lenta oxidación de las manos y el aire.
Ingerir sin medida la savia del amor.
Darnos la piel mediada por las manos.
Dispersar las flores mortecinas
que acechan el lecho en que dormimos.
Nos queda, finalmente,
entregarnos a la vida.
Hacer un nido
breve
en ella.
DEJARON SU VOZ ESCRITA…