FOTOGRAFÍA de Pura María García
Llega el miedo.
La brecha del cielo abre sus fauces rojas.
No hay redención posible en el poema.
Aves nocturnas disgregan sus alas
y abandonan el abrazo de sus nidos.
Llega el miedo.
Mi boca está reseca.
Caigo sobre el suelo terrible del invierno.
Pero una mano, la tuya,
arquea con firmeza su presencia.
DEJARON SU VOZ ESCRITA…