FOTOGRAFÍA de Pura María García
El aliento del día es ingrávido.
Lentamente
se prenden las luces en ventanales contiguos de edificios
que sobrellevan inútiles pronósticos.
Fachadas.
Tabiques.
Este invernadero donde los sueños no germinan.
Corteza, la noche, del tiempo.
Yo juego a la rayuela con el cristal ahumado de tu espejo.
Ves alerta, no ensopeguis amb la rayuela
Tant temps jugant-hi que no ensopegue fàcilment!!;))) Una abraçada
Preciosos versos, amiga mía! Exquisita poesía! Un abrazo desde el Sur!
Muchísimas gracias y muchísimos abrazos!!!!
La rayuela, como un misterioso itinerario sobre la piel adorada.
Palabras preciosas. Muchas gracias por ellas!