FOTOGRAFÍA de O. Runner
El amanecer ha avivado
los instantes irremediablemente muertos
por las hojas de oscuridad
que deja atrás la noche.
El leve amarillo del sol
crece como el abrazo desnudo
que cada día nos abate.
Los juncos se asombran.
Las aves nos respiran.
Siento la credencial probada de tus manos,
disipando la soledad
y la neblina.
El amanecer sucede y se sucede:
eterno ciclo sin final
que caminamos, a tientas, cada día.
DEJARON SU VOZ ESCRITA…