Al niño de ojos pequeños y de alma grande.
Traigo, niño, en las manos,
agua de luna
para hacer de la noche
dorada cuna.
Para que las estrellas
que ahora se esconden
naufraguen en tus dedos
de piel y acordes.
Niño de ojos pequeños
y de alma grande.
Niño que bebes sopas
de sed y de hambre.
Niño que al río llegaste
y, entre amapolas,
flotar viste a la muerte
en su barcarola.
Niño que el verso cantas
desde tus labios.
Niño que pintas luces
con el pincel sencillo
de tus dos manos.
Duerme y cierra tus ojos,
que las horas te acunan.
Abrázate a mi pecho
de amor y carne.
Te cantaré esta nana
para arroparte.
DEJARON SU VOZ ESCRITA…